¿Has hecho alguna vez una degustación de manzanas?
Déjate llevar por tus cinco sentidos
Degustar una manzana es un viaje multisensorial que pasa por los cinco sentidos. Es una experiencia única y envolvente. De sus colores briosos a su fresca fragancia, del primer bocado crujiente a su dulzor que se funde en el paladar, cada aspecto contribuye a desvelar la calidad y el sabor auténtico de la manzana.
Antes de empezar la cata, seleccione varias manzanas de distintas variedades. Asegúrese de que las manzanas estén maduras y sean de buena calidad. Límpiate bien las manos para evitar olores que puedan afectar a la cata. Utiliza un cortador de manzanas o un cuchillo afilado para cortar las manzanas en trozos uniformes.
- A través de tu vista, puedes apreciar su aspecto exterior. Puedes observar su forma redonda o más ovalada, y su color, que varía de amarillo a rojo o verde. Una parte igualmente importante es su piel: mate, brillante o marcada por ligeras lenticelas.
- Su fragancia, emitida sobre todo al corte, activa inmediatamente tu olfato. Puedes reconocer aromas de cítricos o frutas tropicales, como las verdes, que se caracterizan por sus notas herbáceas y aromáticas, llegando incluso a matices especiados.
- Al tacto, puedes percibir el grosor de la piel y la textura de la pulpa, que cambian según la variedad, pasando de una manzana crujiente a una que se derrite en tu boca.
- Con tu oído, puedes reconocer la textura crujiente de una manzana, ya que al morderla distinguirás su sonido junto a su intensidad degustándola.
- Después del primer bocado, la manzana desvela su sabor, que cambia mucho según su variedad: dulce o agrio, ácido o astringente, o una mezcla de todos estos sabores.
